Dispositivos electrónicos
Son una de las principales fuentes de luz azul en nuestro entorno cotidiano: Teléfonos móviles, tabletas y computadoras emiten esta luz a través de sus pantallas LED y OLED. Cuando interactuamos con ellos, ya sea para trabajar, socializar o entretenernos, estamos expuestos a altos niveles de luz azul durante períodos prolongados.
Es así que según expertos, la luz azul emitida por estos dispositivos tiene la capacidad de penetrar las capas superficiales de la piel, afectando no solo su apariencia, sino también su salud a largo plazo, por lo que a medida que la tecnología avanza y se vuelve más omnipresente, es fundamental que los usuarios tomen conciencia de su impacto.
Iluminación artificial
Cabe mencionar que además de los dispositivos electrónicos, la iluminación artificial, especialmente luces LED, es otra fuente importante de luz azul. Estas luminarias se utilizan ampliamente en hogares, oficinas y espacios públicos debido a su eficiencia energética y longevidad. Sin embargo, aunque ofrecen ventajas, también emiten una cantidad considerable de luz azul.
La exposición prolongada a la luz LED, sobre todo en ambientes interiores, puede contribuir al daño cutáneo, ya que al igual que la luz azul de las pantallas, puede penetrar en las capas de la piel. Esto resalta la importancia de estar conscientes de nuestras fuentes de luz y su posible impacto en la salud cutánea.